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Hasta la campanilla. Hasta ahí gusta a los hombres meter la polla dentro de una boca. Fanáticos del sexo oral, no hay hombre a quien no le guste que se la mamen. Las estadísticas lo dicen: la felación figura entre las prácticas sexuales más valoradas por los caballeros.
Pero hay muchos tipos de felaciones. Para empezar, podemos distinguir entre la felación con condón y la felación sin él. Sin duda, las sensaciones experimentadas al chupar un pene con o sin preservativo son muy diferentes tanto para la parte activa (la que mama) como para la parte pasiva (la que es mamada).
Una vez hecha la anterior distinción, el francés (pues también así se llama a la mamada) puede variar dependiendo de la técnica empleada para aplicarlo. Hay verdaderas felatrices, maestras de la mamada, que saben emplear al realizar un francés no solo su lengua, sino también todos los músculos de su boca. Estas diosas del francés no solo lamen, también besan, mordisquean, succionan y, en ocasiones, se meten todo el falo de su pareja en la boca. Cuando realizan esto último, decimos que están haciendo lo que se llama una "garganta profunda".
La garganta profunda es la práctica más hot dentro del sexo oral. La mujer, al realizar la felación, se introduce todo el miembro viril en la boca. Absolutamente todo. De hecho, solo los testículos quedan fuera de la boca de la felatriz, rozándole o, dependiendo del movimiento de pelvis del varón, golpeándole la barbilla.
Esta forma de felación recibe su nombre de una película porno rodada a principios de los setenta en Estados Unidos y protagonizada por una insaciable y algo ninfómana Linda Lovelace. En aquella película se contaba la historia de una mujer que acude al terapeuta porque no tiene orgasmos. El terapeuta descubre que la mujer no tiene orgasmos porque su clítoris no está ubicado en su vagina, sino en la garganta. Para que la protagonista de Deep Throat (pues ése es el título de la película) alcance el orgasmo, pues, se debe estimular esa zona interna de su boca. ¿Y qué mejor manera que hacerlo con el roce de una buena polla?
La felación profunda puede resultar muy llamativa, pero, desde luego, no es fácil de realizar. Su mayor o menor dificultad dependerá, lógicamente, del tamaño del miembro a tragar. No es lo mismo meterse entero en la boca un rabo de 14, 15 o 16 centímetros, que envainarse bucalmente un cipotón de 20 centímetros o más. El grosor del pene, como es fácilmente imaginable, también influye decisivamente en la mayor o menor dificultad de realización de este tipo de mamada.
Tragarse una polla entera suele provocar náuseas. La náusea, al fin y al cabo, es una reacción refleja de la garganta. Una reacción natural. Para evitarla, pues, hay que educar a esa garganta. Así, la ejecución del francés profundo requiere entrenamiento y el objetivo de ese entrenamiento no será otro que el de insensibilizar la garganta para que, cuando sea tocada por la punta de una polla, no se dé el reflejo de la náusea.
¿Cómo se puede entrenar el reflejo nauseoso? Trabajando la zona primeramente con objetos que sean más pequeños de una polla dura y erecta. Primero se pueden meter los dedos, después un dildo de pequeño tamaño, después un dildo mayor y, finalmente, una polla de verdad, una polla dura con sus venas marcadas y sus ganas de ser mamada. Todo este proceso, claro, debe ser realizado sin prisas y con toda la calma del mundo. Vencer al reflejo de las náuseas no es fácil y por eso no hay que correr.
Otro consejo a tener en cuenta cuando se desee realizar una mamada profunda es el de buscar la postura más idónea para realizar esta mamada hot. Experimentar desde distintos ángulos y posiciones debe servir para encontrar aquella postura que permita una entrada total de la polla en la boca menos incómoda para quien realiza la mamada. Hay quien asegura que la mejor postura para realizar una garganta profunda es colocándose de rodillas y que las mejores pollas para habituarse a mamar así y a evitar el reflejo de las náuseas son las que tienen forma curva.
La lubricación es otro de los factores que influyen en la mayor o menor dificultad que se puede encontrar al realizar esta práctica sexual. Una boca bien lubricada facilitará tanto la entrada como la salida del pene dentro de ella. Dicha lubricación puede conseguirse con la saliva (cuanta más saliva intervenga en ella más gustosa será la mamada) o con algún tipo de lubricante que, bien colocado en los labios, bien colocado en el pene, faciliten los movimientos de éste dentro de la boca.
Otra buena manera de eludir las náuseas es la de emitir un sonido gutural suave y continuado mientras se realiza la mamada. A esto se le llama practicar el humming. ¿Y por qué resulta efectivo? Porque al emitir ese sonido se eleva el paladar blando y, al hacerlo, se reducen las posibilidades de experimentar náuseas.
Al llevar a la práctica una felación de este tipo hay que dejar siempre que sea la mujer quien marque el ritmo. Ya sabemos que el hombre sentirá la tentación de mover sus caderas y que le costará horrores renunciar al placer de follarse la boca que les está mamando los genitales. La irrumación (pues ése es el nombre culto de esa práctica) es siempre una tentación para el hombre, pero esa tentación debe evitarse cuando se practica un francés hondo. Abandonarse a la irrumación solo provocará, con total seguridad, que quien realice la felación sienta náuseas, lo que no redundará en el placer de la pareja. Y el placer, al fin y al cabo, es lo que se persigue cuando se pone en práctica cualquier tipo de técnica sexual.
Aplicando todos estos consejos, seguro que resultará más fácil realizar una chupada profunda. Si finalmente, bien sea debido al tamaño de la polla, bien a la falta de técnica, la entrada de aquélla entera dentro de la boca de la pareja se convierte en algo imposible, se puede recurrir al viejo truco de envolver con las manos aquella parte de falo que se resiste a entrar en la cavidad bucal. Envolviendo así ese trozo de pene se proporcionará a su dueño la sensación de que toda su polla está metida en la boca de su pareja.
Las putas que tenemos anunciadas en Barcelona y Madrid que ofrecen servicios de garganta profunda dominan sin duda todas estas técnicas y el hecho de ofrecer esta práctica sexual entre sus servicios las coloca en una situación muy ventajosa a la hora de competir por la atención de los clientes. Como hemos indicado al inicio de este artículo, los hombres aman el sexo oral. Por ese mismo motivo valoran especialmente a aquellas escorts que, entre sus servicios, ofrecen prácticas como el francés natural, el francés profundo o, finalmente, el francés hasta el final.
