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Amante de los pies

Fetichismo de pies

Quizás no son la parte más bonita de nuestro organismo pero hay hombres (y también algunas mujeres) que se pirran por ellos y que son incapaces de controlar el subidón de su libido cuando los contemplan o tocan o son tocados por ellos.

Estamos hablando de los pies, una zona de nuestra anatomía que a determinadas personas (posiblemente a más de las que creemos) le parecen super, super, super excitantes. Más incluso que los genitales o, en ocasiones, el propio acto sexual.

Esta atracción erótica por los pies es uno de los muchos fetichismos existentes y recibe el nombre técnico de podofilia. La podofilia no debe ser considerada ni un trastorno ni una enfermedad. Como todo fetichismo, solo debe inquietar cuando se debe recurrir a él inevitablemente para poder mantener relaciones sexuales. Si eso sucediera, estaríamos hablando de una parafilia. Si no es así, el fetichismo de pies solo debe ser considerado un gusto personal, algo destinado a hacer más rica y variada la vida sexual.

Buscar el origen de un fetichismo no tiene demasiado sentido. Cada fetichista podría dar una explicación diferente sobre el origen del suyo. En el caso del 'foot fetish' (así se llama la podofilia en inglés) no vamos a hacer una excepción. Pero sí vamos a apuntar algo: los pies son una zona de nuestra anatomía especialmente sensible. A ellos llegan alrededor de 7.000 terminaciones nerviosas, lo que lo convierte en una de las principales zonas erógenas de nuestro cuerpo. Algunos neurólogos, además, apuntan que la zona de los genitales y la de los pies son zonas adyacentes en nuestro cerebro. Esto podría dar una explicación al hecho de que un hombre pueda excitarse sexualmente al contemplar los pies de una mujer.

Fetichismo de pies

Tipos de fetichismos de pies

El fetichismo de pies puede plasmarse de muchas maneras. Basta con asomarse al pozo sin fondo de internet para contemplar mil y una maneras de practicar el 'foot fetish'. Desde la práctica del 'foot worship' o adoración de pies (tan propia del universo BDSM en la que un sumiso debe rendir pleitesía a los pies de su Domina) hasta la tortura del pie mediante, cera caliente, cigarrillos encendidos o atudura de los mismos, son muchas las cosas que "sexualmente" se pueden hacer a los pies o se pueden hacer con ellos.

Hay a quien le gusta besar, masajear y lamer los pies. Hay quien experimenta placer solo con mirarlos o con verlos caminar sobre determinadas superficies. Hay quien se excita al sentirse pisados por ellos (esta práctica recibe el nombre de 'trampling'). Y hay quien no se excita tanto contemplando el pie desnudo como los zapatos que los calzan. Habitualmente, en estos casos, el fetichista encuentra su objeto fetiche en un determinado tipo de calzado.

Los zapatos de tacón suelen ser el objeto fetiche prototípico cuando hablamos de este tipo de fetichismo. Más sensuales y estilizados, los zapatos de tacón son una especie de símbolo de lo femenino. Al adorar ese objeto, el fetichista está adorando, de alguna manera, la esencia de la feminidad.

Foot Fetish

Juegos para dar y recibir placer con los pies

Una buena manera de enriquecer nuestra vida sexual es introducir en ella juegos sexuales en los que intervengan los pies. De un modo activo o de un modo pasivo, es decir, estimulando los pies de nuestra pareja o dejando que ella estimule los nuestros o utilizando los mismos para estimular o, por el contrario, para ser estimulados, acercarse al fetichismo de los pies es una buena manera de dar nuevos aires a nuestra vida sexual.

A continuación vamos a dar una serie de consejos básicos y a lanzaros una serie de propuestas para disfrutar sexualmente con los pies.

El primer consejo para disfrutar con los pies sexualmente hablando es el de tenerlos bien cuidados. Esto implica una correcta higiene y una buena hidratación. Eliminar callos y durezas y cortar correctamente las uñas resulta imprescindible para lucir unos pies que puedan dar juego en una sesión de 'foot fetish'.

Masaje de los pies

Masajear unos pies cuidados puede resultar siempre un gran placer tanto para quien da ese masaje como para quien lo recibe. Para incrementar las sensaciones de placer se recomienda siempre el uso de un buen aceite de masaje aromatizado o, en su defecto, de un lubricante con base al agua. Gracias a cualquiera de estos dos elementos, las manos de quien realiza el masaje podrán patinar sin dificultad sobre los pies de quien lo recibe. Gracias al aceite o al lubricante, las caricias resultarán más intensas y agradables.

A la hora de aplicar un masaje erótico de pies puede resultar muy excitante y divertido el jugar y experimentar. ¿Cómo? Usando cremas que aporten frío o calor a los pies, por ejemplo. O usando la boca, los labios y los dientes para besar, mordisquear o lamer los pies de la persona amada mientras se los masaje.

Masaje en la espalda con los pies

Los pies no solo están hechos para recibir placer. También están hechos para darlo. Los podófilos lo saben. Si quieres dar placer con los pies a tu pareja, empieza por aplicar sobre ellos aceite y lubricante. Una vez que tengas tus pies bien lubricados, colócalos delicadamente sobre la espalda de tu pareja y empieza a realizar sobre ella movimientos circulares. Para hacer más intensas y placenteras las sensaciones de este masaje de la espalda dado con los pies, utiliza tus manos para estimular, acariciar o tocar aquellas partes del cuerpo de tu pareja a las que puedas acceder.

Masturbación con pies

Masturbación con los pies

Una de las prácticas más habituales entre los amantes del fetichismo de pies es el de la masturbación con los pies o 'foot job'.

Una paja hecha con los pies resulta siempre muy excitante para los podófilos. ¿Has probado a realizarla alguna vez? Para masturbar con los pies a la pareja hay que utilizar una buena cantidad de lubricante y, sobre todo, actuar con mucha delicadeza y cuidado.

Una buena manera de intensificar el placer derivado de una paja de este tipo es centrar las caricias con los pies en la zona del frenillo. Dibujar circulitos alrededor suyo resulta, siempre, enloquecedor.

Unos pies mal cuidados no son aptos para la práctica del 'foot job'. ¿Imaginas lo desagradable que puede ser sentir el rozamiento de un callo o una duricie en el pene? ¿Imaginas qué doloroso puede resultar un arañazo en el glande, en el prepucio o en los testículos dado con una uña mal cortada del pie? Si el cuidado de los pies para realizar cualquier tipo de práctica que tenga que ver con la podofilia es siempre un requisito imprescindible, en el caso de la paja hecha con los pies o de la estimulación de los genitales con los mismos es un imperativo absoluto.

Foot Job