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Masaje lingam

El placer del masaje Lingam

Si has visto anuncios de casas de masajes eróticos y has realizado un repaso de su carta de servicios habrás visto, seguramente, que muchos de ellos se recoge la expresión "masaje Lingam". ¿Sabes exactamente lo que es? ¿Sabes en qué consiste? Si crees que este tipo de masaje viene a ser algo así como un masaje erótico con final feliz debes saber que estás equivocado. Que no es eso. O, cuanto menos, que no lo es exactamente.

El masaje Lingam es mucho más que un masaje erótico de alta intensidad que finaliza con una masturbación o paja. En él intervienen y adquieren un protagonismo especial los genitales masculinos, sí, que son masajeados de manera consciente, de manera reiterativa y con un derroche absoluto de sensualidad. Pero el objetivo que se persigue con él no es el alivio eyaculatorio. O no lo es únicamente.

Quien realiza un masaje lingam no persigue solamente que el masajeado se corra. El objetivo final de un masaje de este tipo es conseguir que la energía sexual de la persona que lo recibe fluya libremente y sin barreras. La relajación total de la persona que recibe el masaje y el poder alcanzar una conexión espiritual especial con quien lo realiza son, también, objetivos de este masaje que forma parte del grupo de los masajes tántricos.

Concepto de Lingam

La palabra lingam proviene del sánscrito y su traducción literal es "falo". Así, la expresión masaje lingam podría traducirse como masaje del falo. Existe, sin embargo, otra acepción de la palabra lingam, mucho más espiritual y menos carnal, y esa acepción vendría a ser algo así como "báculo de luz canalizador de energía y placer".

Desde el punto de vista del hinduismo, además, el Lingam sería entendido como la representación simbólica del dios Shiva. El ritual del Lingam, así, estaría cargado de connotaciones espirituales y el lingam en sí tendría un carácter divino. Así, al masajear el falo siguiendo dicho ritual no solo se perseguiría el estallido orgásmico. Se perseguiría, fundamentalmente, canalizar esa energía masculina que habita dentro de nosotros y que no siempre consigue aflorar. Ese sería, pues, el objetivo principal del masaje tántrico masculino.

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Beneficios del masaje Lingam

Liberar esa energía sería uno de los grandes beneficios que se asocian al masaje de lingam. Pero no sería el único, pues son muchos los que se derivan de él. Entre los beneficios del masaje tantra masculino podemos destacar los siguientes:

  • Abre nuestra mente a nuevas dimensiones de pensamiento.
  • Nos ayuda a conocernos mejor.
  • Crea y fortalece especialmente el vínculo entre las dos personas que participan en él.
  • Ayuda a sanar traumas sexuales.
  • Ayuda a vencer condicionamientos sexuales negativos.
  • Libera las energías negativas.
  • Ayuda a rebajar el nivel de estrés.
  • Nos conecta más estrechamente con nuestro yo espiritual.

Desde un punto de vista exclusivamente tántrico, el masaje tantra man serviría también para equilibrar el chakra Svadhisthana o segundo chakra. Según las filosofías orientales, y el Tantra entre ellas, los humanos tenemos siete centros de energía repartidos por todo el cuerpo. Cada uno de esos centros de energía recibe el nombre de chakra y el segundo de ellos se encuentra en la zona de los genitales. Equilibrar ese centro de energía sirve para vencer nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestras frustraciones y nuestra ansiedad. Para equilibrar este chakra, nada mejor que un masaje Lingam. Gracias a él accederíamos a las partes más profundas de nuestra conciencia y sanaríamos las heridas de nuestro subconsciente.

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¿Cómo hacer un masaje lingam?

Vistos los múltiples beneficios de un masaje tantra para hombres, vamos a ver cómo se debe realizar un buen masaje de lingam. Como hemos indicado anteriormente, este tipo de masaje tántrico es mucho más que una paja que sirviera para finalizar un masaje erótico. Por eso es fundamental cuidar al detalle los pasos a seguir.

Relajación y respiración en el masaje

El primero, capital, es buscar un espacio relajado e íntimo para realizarlo. Si buscamos activar lo espiritual y fomentar la meditación controlando los impulsos sexuales más básicos y primarios, deberemos buscar ese lugar tranquilo.

Encontrado ese lugar, el masaje lingam, como todo masaje tántrico, debe ser entendido como un viaje que debe ser disfrutado en su totalidad. Y ese viaje debe realizarse caminando, sin prisas, disfrutando de cada recodo del camino, nunca en avión. Un masaje de este tipo, ya lo hemos apuntado, no debe ser entendido nunca como una paja apresurada que ponga el final feliz a un masaje erótico.

Para disfrutar de ese camino del que hablamos se deben combinar los trazos del masaje con respiraciones profundas. Para reforzar la conexión entre quien realiza el masaje y quien lo recibe puede ser importante iniciar la sesión de masaje con miradas, besos y caricias que sirvan para estrechar los lazos entre la parte activa y la parte pasiva del masaje. Coordinar las dos respiraciones es una buena forma de estrechar los lazos y un paso imprescindible para realizar un buen masaje tántrico masculino.

Una vez el espacio esté convenientemente ambientado (puede ayudar a ello el uso de aromatizadores, inciensos, velas de olor, iluminación suave, etc.) el hombre deberá tumbarse sobre la cama o mesa de masajes, de espadas, doblando las rodillas y con las piernas ligeramente separadas. Colocar una almohada bajo la cabeza y otra bajo la pelvis puede servir para otorgar una mayor comodidad y para posibilitar el adoptar la postura correcta.

Para que el masaje sean más sensual, suave, delicado y cuidadoso se recomienda en todo momento utilizar un lubricante o un aceite de masaje. Estos productos permitirán realizar movimientos más lineales.

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Los pasos del masaje de lingam

Una vez lubricadas las manos de quien realiza el masaje lingam y los genitales de quien lo recibe, se realizará el mismo de una manera calmada y tranquila. Al realizar los trazos del masaje, quien lo realiza podrá también, con movimientos cuidadosos, acariciar tanto el hueso del pubis como la zona del perineo. Esta última zona, pese a resultar muy placentera para quien recibe el masaje, puede resultar incómoda para según qué masajeado, ya que es una zona limítrofe con el ano, y para muchos hombres el ser estimulados ahí en su tema tabú.

Lo mejor, en cualquier caso, es no empezar nunca por el pene. Que sea el gran protagonista de un masaje de este tipo no quiere decir que deba empezarse por él. Hacerlo sería acortar el camino y, como hemos señalado, el camino es aquí lo que importa. Por eso se recomienda empezar por masajear el interior de los muslos para, a continuación, moverse hacia la ingle y el pubis. El pene, poco a poco, irá despertando.

Tras masajear muslos, ingle y pubis se aconseja masajear los testículos. ¿Cómo? Con suaves caricias, con movimientos circulares, sosteniéndolos con las manos ahuecadas. A la hora de masajear los testículos hay que valorar la presión que se ejerce sobre ellos. El gusto personal de cada hombre deberá determinar el grado de presión.

Tras masajear los testículos, el pene reclamará seguramente su protagonismo. Será entonces cuando el masaje lingam llegue a su momento decisivo. Los movimientos, llegados a este punto, deberán ser variados. También los ritmos. Se deberán hacer movimientos rotatorios alrededor del eje del falo. Se deberá subir y bajar con las manos. Se deberá masajear alternativamente el glande y la base del pene.

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El final feliz del masaje lingam

Con este tipo de caricias llegará irremediablemente el momento del orgasmo. Saber posponerlo modulando el nivel de excitación es una de las grandes virtudes que caracterizan a quien se dedica a realizar este tipo de masajes tántricos. Para ello, es fundamental prestar atención al ritmo de la respiración y los movimientos de quien recibe el masaje. Cuando se acerque el momento del orgasmo, quien realiza el masaje deberá parar y alejarse del pene para dedicarse, de nuevo, a otras áreas cercanas a él.

El masaje tántrico para hombres puede acabar de dos maneras: o con una relación sexual o con un orgasmo proporcionado manualmente. También podría acabar, si tomáramos el concepto masaje de lingam de una manera laxa, con una finalización oral. Todo esto, claro, en el seno de la pareja. Serían los dos miembros de la misma quienes decidirían cómo poner fin a esta modalidad de masaje tántrico.

Pero... ¿y en el transcurso de una relación comercial? Es decir: ¿y si se hubiesen contratado los servicios de una masajista tántrica? ¿Cómo deberá finalizar entonces el masaje lingam? Esto es algo que todo cliente debe tener claro a la hora de contratar a una profesional especializada en este tipo de masajes. Si ella trabaja para una casa de masajes eróticos y tántricos o se anuncia como tal, es probable que el masaje deba finalizar única y exclusivamente de una forma manual o, cuanto, mucho oral. La relación sexual quedaría, en este caso, descartada. Si ella, por el contrario, fuera una escort especializada en la realización de masajes tántricos, la posibilidad de acabar la sesión con una relación sexual "al uso" estaría completamente abierta.

Si deseas recibir un masaje lingam, asegúrate primero del tipo de profesional que va a proporcionártelo. Antes de toda cita de este tipo debes estar seguro de hasta dónde quieres llegar y, sobre todo, de hasta dónde podrás llegar con la profesional contratada. Nosotros te podemos recomendar las mejores masajistas eróticas en Barcelona y Madrid.

Decidid juntos si queréis que el masaje lingam termine con una relación sexual o un orgasmo liberador en sus manos. En cualquier caso, al final del masaje erótico, relájate, dedica tiempo a dedicarse a las sensaciones de tu cuerpo y comparte la experiencia que has experimentado.

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